Lista de espera está pensada como una película que ocupe ese difícil espacio entre el realismo y el absurdo, o entre el reflejo de la cotidianidad y lo raro, lo ilógico que emana de esa propia cotidianidad. Con un aire de comedia, en ocasiones de comedia sentimental, la película reflexiona sobre todo en torno a la realización del ser humano: en su libertad para escoger su destino, sus propios proyectos de vida, en su capacidad para imponerse a las condiciones más difíciles, para luchar según sus propias necesidades, y no según las normas que le sean impuestas. Más que de bienestar material o de protecciones paternalistas, el hombre necesita de la libertad.